y Diógenes lo sabía.
No encontré ninguno.
Debajo del acero, en la ceniza
del volcán manipulado por Mefistófeles,
allí quizás bajo las sombras.
Pero... no, no encontré ninguno.
Declinada ingenuidad
mezcla de humanidad divina
abrazada al fondo de las Náyades...
puedo oler el aroma a libro nuevo de los viejos sabios...me encantó, un beso
ResponderEliminarfrente a tus poemas no se porque me vuelvo ingenua, desconocida de mi saber, habida de tus letras...Un abrazo
ResponderEliminarEl cesar sabe lo que dice, lo suscribo todo... un besazo
ResponderEliminarNo sé que deciros, mil gracias. Escribo porque lo necesito... y me encanta compartirlo. Es un honor que paséis a leerme. Un besazo!!!
ResponderEliminarEscribes muy bien. Me gusta el que precises hacerlo y compartirlo. Es un placer estar entre las personas que pueden disfrutar de tus pensamientos. Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta tu estilo, a medio camino entre el lenguaje culto y el cotidiano, lo que logra un producto comprensible pero elevado. BESO.
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